Páginas

4.2.12

LAS PREPAGO DE COLOMBIA

NOTA:

El contenido de este artículo solo busca hacer una presentación y una crónica de hechos ciertos, sin modificarlos ni alterarlos; de pronto, sí, resumirlos. Y en ningún momento busca el menosprecio o cosa parecida en relación con las damas que ofician como prepagos; es lo que menos se pretende. Para ellas, nuestros respetos. Y tampoco se debe entender que es una publicidad, insinuación o invitación al prepaguismo. La crónica se hace porque, hoy por hoy, hay muchas personas que no conocen la historia y no eslabonan la cadena de hechos que han llevado al último anillo llamado PREPAGOS, y que creen que ese último eslabón es una especie rara de damas que han aparecido como por arte de magia. Desde luego, ni se imaginan el porqué del vocablo PREPAGOS.

Aquí mediante un semi jocoso recorrido histórico, viajamos desde varios siglos atrás hasta la fecha actual, viendo como ha transcurrido y como se ha dado la metamorfosis del oficio de las mujeres que se han dedicado a la venta de sus servicios sexuales a lo largo del tiempo; terminando el recorrido como fue el propósito, con el concepto de las prepago.

LAS PREPAGO DE COLOMBIA – SU ORIGEN

Iniciamos este análisis con un pequeño sobrevuelo etimológico y lingüístico entorno a algunas palabras que son equivalentes entre sí y que para el propósito de este artículo conviene tener claramente conceptualizadas.

Desde aproximadamente el año 2004 en adelante, en Colombia se ha venido apodando a la meretriz que no es de burdel común, con el nombre de PREPAGO. Desde luego que se trata de una locución acomodada tipo modismo regional, que está haciendo carrera como queriéndose posicionar a manera de un sinónimo oficial más, de la palabra...

RECONOCIMIENTO DE VOCABLOS

PUTA

Nuestro idioma castellano fue muy sabio al utilizar este término para asignarle la significación que todos conocemos. Pronunciada con ímpetu y fuerza suena como un disparo. Con sus dos vocales que hacen un magnífico contraste y sus dos consonantes bien perfiladas, la palabra es clara y nítida como ninguna. Hay un experimento que basta y sobra para corroborar este aserto. Un extranjero que no tenga la mínima idea de nuestro idioma y la escuche pronunciada con fortaleza y emoción, no se equivocará sobre su significado. Un poco de intuición le será suficiente para que entienda que esta enérgica palabra no podría señalar o rotular a una inocente nena o a una virtuosa madre de familia. El castellano es un idioma en el que predominan las palabras graves (acento en la penúltima sílaba), y esta es una de las más resonantes.

En 1611, Don Sebastián de Covarrubias en su libro El Tesoro de la Lengua Castellana, indicó el siguiente significado:

Puta = Mujer ruin o ramera.

En 1726 salió a la luz pública el primer Diccionario de la Real Academia Española. En ese entonces, el significado fue:

Puta = Mujer ruin que se da a muchos a cambio de un estipendio.

El mismo Diccionario pero última edición, define la palabra así:

Puta = Persona que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero.

En la España medieval y renacentista esta palabra endilgada a una mujer decente, era considerado como el insulto más infame con que se podía ultrajar a una dama.

A lo largo de la historia y dentro del vasto ámbito de la lengua castellana, han sido muchos los sinónimos y equivalencias que le han salido a la rimbombante palabra. A continuación se mencionan aquí los sinónimos más llamativos y eufónicos (que suenan agraciadamente) que han existido y siguen existiendo, con una pequeña explicación de cada uno.

RAMERA

La palabra se refiere a cierta clase de mujeres que vivían fuera y lejos de los muros de las ciudades antiguas. Moraban en chozuelas a modo de hornillos o bovedillas, y solían salir a la orilla de los caminos reales para ofrecerse y brindarse a los posibles clientes que eran, en su mayoría, mercaderes. Para proporcionar sus servicios en forma privada, construían a la vera del sendero y en forma provisional, unos ranchos o cuchitriles construidos con varas y chamizos, y que cubrían con ramas; de donde se derivó el término.

Incluso, posteriormente se acuño la expresión 'RAMERÍA' refiriéndose al lugar donde se aglutinaban todas estas mujeres públicas, concepto que, posteriormente, se cambió por el de burdel. También se puso en circulación la palabra RAMERUELA aludiendo a la ramera muy pobre y andrajosa. Posteriores y sapientísimas cortes de casación del idioma, de la Real Academia Española, han aceptado la legitimidad de RAMERASTRA y RAMEREZNA como sinónimos de RAMERUELA.

MERETRIZ

Su etimología tiene raíces en el verbo merecer, refiriéndose a la que se gana la vida por sí misma; es decir, la que MERECE en el más riguroso sentido de la palabra. Y en efecto, nadie hay en el mundo que lucre su propio pan de una manera tan soberana y autónoma como lo hacen las  meretrices o rameras, a quienes Dios siga protegiendo en el honrado desempeño de su menester.

GORRONA

Los diccionarios de la Real Academia Española siempre han presentado este término como sinónimo de ramera. Aunque la cuna y procedencia de esta palabra es apenas obvia, pues nadie jamás ha visto a una puta pagando una cuenta. Y esto sí que las identifica: pueden tener dinero en su poder, pero si no es GASTADO por otra persona, en lo posible por un cliente, prefieren no darse gustos.

GUARICHA

También es una palabra muy sonora e imponente de nuestro idioma. Es una expresión que equivaliendo al vocablo puta, no pavonea un ilustre abolengo, europeo, latino ni arábigo. Su nacimiento está en el modesto dialecto cumanagoto del norte de Venezuela; pero no obstante, la potencia de esta palabra es admirable. En su comienzo la palabra se empleaba solo para referirse a las prostitutas jóvenes; pero, pronto, dejó de serlo y empezó a usarse para todas, tanto jóvenes como maduras.

DAIFA

Muy inicialmente el término significaba huésped femenino. Pero con el tiempo y después de algunas metamorfosis etimológicas y filológicas, su acepción se asoció con el nombre que se le daba a aquella ramera que era contratada no por un solo rato, sino para acompañar a su contratante por varios días o por una temporada, obviamente que con el fin de satisfacerle sus necesidades y caprichos íntimos. Hoy por hoy el Diccionario de la Real Academia Española le asimila como sinónimo de la palabra concubina; pero en el argot popular ese sinónimo o significado no es consentido, pues DAIFA ─en el vulgo─ sigue entendiéndose como puta contratada.

LA PREPAGO y LA VIP

Es un par de expresiones regionales que, para quien las entiende, resultan ser sinónimos de los anteriores vocablos; pero, por ahora, han ido tomando forma y popularidad solo en el escenario colombiano, de pronto con algún reflejo hacia los países vecinos. Si se le pidiese a la Real Academia Española que se pronunciase al respecto de ellas, aún no reunirían los requisitos para categorizarse como modismos; tal vez y a lo mucho, las ubicarían como vulgarismos regionales asociados con el desempeño del oficio de la protitución. A estos términos equivalentes, especialmente al de PREPAGO, nos referiremos más adelante.

En todo caso, la gran legión de putillas y putonas que pueblan de polo a polo este mundo, se han encargado siempre y seguirán encargándose de que sea válido el mensaje de la vieja copla española que difundió Camilo José Cela:

Fornicará el género humano
mientras haya pija y coño,
en primavera, en otoño,
en invierno y en verano.
Querer quitarlas es en vano
ni por fuerza ni consejo,
pues si está cerca el cuquejo
y la polla se endereza,
puede más naturaleza
que ni un testamento viejo.

LA PUTERÍA EN COLOMBIA (Historia)

En realidad no se va a presentar aquí un ladrilludo estudio sobre el papel de las damas dedicadas a este oficio durante las distintas etapas de la historia de este país. Solamente se quiere dejar claro que siempre han existido y han estado ahí presentes en las diferentes épocas del desarrollo nacional.

Juan Rodríguez Freyle
Cualquiera que se meta a transitar por los meandros históricos por ejemplo de Santafé de Bogotá, leyendo solo los textos clásicos de la historia tendría ─en principio─ razones para creer que por lo menos durante los siglos coloniales y el primero de la época republicana, la ciudad estuvo ajena a estas jodiendas. Pero si este investigador abriera más los ojos se encontraría que en Santafé de Bogotá lo que hubo fue una urbe mojigata que no estuvo distante del pecaminoso ajetreo de meretrices, proxenetas, barraganas y otras mujerucas de mal vivir y buen culear. Para entender esto debe, el estudioso, empezar con la lectura de el libro El Carnero de Juan Rodríguez Freyle para que compruebe en sus amenas páginas como la Santafé de la segunda mitad del siglo XVI, con pocos años de fundada, incluyendo a buena parte de Cundinamarca y de Boyacá, fue escenario de los más escandalosos hechos de cuernos, adulterios, amancebamientos y peripecias de truhanes, daifas y demás mujerzuelas de variada índole.

Para ese entonces el número de religiosos de la ciudad era de uno por cada dieciocho habitantes. Esa proporción se mantuvo con algunas variaciones pero siempre alrededor de ese dato estadístico durante cerca de cuatro siglos.

Las putas nunca fueron oficialmente censadas o empadronadas, pese a lo cual los sesudos estudios de guarichología del acreditado putólogo Oderfla Etrairi que en realidad era cronista, arqueólogo e historiador, demuestran con bases documentadas, que en la Capital del Nuevo Reino de Granada llegó a haber una meretriz por cada once habitantes, lo cual el ilustradísimo investigador explica con el argumento de que para prestar un servicio esmerado y altamente profesional, una guaricha no debe tener a su cargo tantos parroquianos como puede administrar un clérigo o una reverenda.

Lo cierto es que en la religiosa Santafé, durante siglos nacieron más niños ilegítimos que legítimos. Las guarichas hacían pública y desvergonzada ostentación de su oficio mediante una indicación manifiesta. Mientras las domésticas y esclavas que servían en las residencias caminaban por las callejuelas descalzas, las meretrices tampoco usaban sandalia alguna, pero en su lugar se rellenaban los tobillos y los dedos de los pies con toda una variedad de bisutería de la más barata y plebeya de ese entonces, que las señalaba y era estímulo garantizado para la lujuria de los santafereños.

Durante la Colonia y buena parte de la República no hubo prostíbulos con la acepción o concepto actual. Pero tampoco había normas que lo impidieran y, entonces, para eso se utilizaban las trastiendas de las chicherías que era donde justamente se fabricaban las morcillas y se colgaba la carne para secar, pues en estas chicherías también vendían comida y, además, se prestaba el servicio de hospedaje para arrieros. Como es de deducir y teniendo en cuenta que por el frío no se utilizaban las ventanas, debería ser una apestosa convocatoria de cebolla, manteca, tufo de borracho chichero, pecueca, muelas cariadas, sobaquinas y otros vapores fétidos originados en la zona frontal y trasera de la cadera. Es de imaginar a las guarichas de ese entonces intercambiando besos con sabor a cebolla por estruendosos eructos de chicha en proceso de descomposición emitidos por sus embriagados clientes.

SIGLO XX

Si en nuestro recorrido putérico-histórico saltamos hasta el siglo XX, aparece el concepto de las zonas de tolerancia que era (y aún sigue siendo en algunas ciudades) aquel sector marginado y de bajo estrato en el que, legalmente, podían o pueden funcionar los burdeles atestados de mujeres y borrachos.

Los burdeles son sitios en donde en verdad hay silencio y paz... pero en las mañanas entre las 6 y las 12 del día. Las meretrices dormitan profundamente luego del apasionado zarandeo nocturno. Todo es quietud, con la condición de que quien desee disfrutar esa tranquilidad no debe reparar en botellas vacías tiradas por doquier o en bragas o brasieres colgando de los espaldares de algunas sillas. Pero a eso del medio día, las gorronas empiezan a producir rugidos que ellas llaman bostezos y a salir semidesnudas al pasillo llamando a gritos al coime o cuidador pidiendo un jugo frío o un vaso de hielo y agua para el guayabo.

La golfa de burdel es aquella dama que no tiene otra cosa que hacer, si tiene hijos los tiene en otra ciudad o con otra persona. Se encuentra públicamente y en vitrina abierta ejerciendo su oficio. Y muchas veces sus familiares saben de su trabajo. En fin, ES LA MENOS MOJIGATA Y MENOS HIPÓCRITA de las putas, y ejerce su oficio sin vergüenza y con la frente erguida.

LOS RESERVADOS

Para los años 50, 60 y subsiguientes, empezó a aflorar en las principales ciudades del país, un tipo de prostíbulo diferente; es el que opera por fuera de las zonas de tolerancia y funciona de manera disimulada, encubierta y muy reservada; desde luego que sin permiso de funcionamiento o de uso del suelo. Normalmente son casas semi adecuadas para este trajín y, lo más distintivo, con ejercicio diurno. Y su nombre genérico siempre ha sido el de RESERVADO.

A estos RESERVADOS llegaron y siguen llegando aquellas mujeres que desean ejercer la prostitución de manera discreta sin que sus allegados conozcan su oficio. Son damas comunes y corrientes que viven con sus familias y que designan unas horas o buena parte del día para ir allí a ver qué consiguen. La mayoría son solapadas ante su familia y sus amistades; suelen inventar que están trabajando medio tiempo, que están estudiando, que están cuidando un abuelito, un niño, etc. O, algo muy típico, que trabajan vendiendo productos por catálogo y que en eso les va muy bien, y de ese modo tienen la excusa perfecta para cuando necesiten salir de urgencia ante un llamado de un cliente, argumentar que van a entregar un producto o a recibir una mercancía que les acaba de llegar. Otro pretexto usual es la presunta dedicación a la venta de ropa que les llega de Miami o de Medellín.

Muchas damas ─las que pudieron─ para evitarse problemas con su familia, inventaron la necesidad de vivir solas en un apartamento junto con otras dos amigas "queridísimas"; las cuales, obviamente, eran compañeras de oficio.

Hasta finales de la década de los 80 y comienzos de los 90, las mujeres morrongas que frecuentaban los reservados, tenían un inconveniente: Cuando aparecían clientes "buenos" y ellas estaban en su casa, debían ser llamadas inmediatamente para requerirles su apremiante presencia. Era cuando surgía el problema: solo existía la modalidad del teléfono fijo, en esa época eran pocas las familias que los poseían. Y si la golfa en cuestión era de las privilegiadas cuya familia contaba con línea telefónica, debía someterse al filtro en el sentido que, muchas veces, era la mamá, la hermana mayor, el papá, el novio, o la tía, quien contestaba la llamada y seguramente le pondría malicia al sentir al otro lado a una señora mayor de voz gruesa (la celestina) preguntando por la chica y ésta poniéndose nerviosa y, a los pocos minutos, inventando un pretexto para salir corriendo de la casa. Eso les funcionaba solo por unas cuantas oportunidades y, posteriormente, les ponían cortapisas en la casa.

3.2.12

LA TECNOLOGÍA  APOYA A LA PROSTITUCIÓN

Entrando los años 90, se popularizó el uso de un dispositivo electrónico llamado BUSCAPERSONAS, LOCALIZADOR o BEPPER. Esa fue la solución al atolladero en el que se encontraban cantidad de mujerzuelas solapadas que tenían problemas en sus casas por las continuas salidas. Ahora, la administradora del reservado o alcahueta, tendría consideración con las de mayor dificultad y les mandaría un mensaje al buscapersonas. En ese mensaje les decía: "Mija llegó mercancía nueva, llámeme o véngase para entregársela, pero urgente. Atte, Supervisora de Yambal". Y listo, todo empezó a mejorar.

La facilidad del aparatico electrónico, más la constante insistencia y motivación de las que ya estaban en esto, empezó a movilizar y a generar una desbandada grande de chicas estudiantes y damas corrientes que querían ejercer la prostitución mediante el sistema de llamado por bepper. Para este asunto fue genial el invento del bepper; en consecuencia ya no eran pocos reservados, se crearon muchos.

Fue cuando empezó la estrecha relación cliente-proxeneta y proxeneta-puta. A tal punto que por el conocimiento mutuo que había, ya el cliente no iba hasta el reservado, sino le decía telefónicamente a la matrona "mándeme una chica a tal dirección", si el cliente era conocido no dudaban del pago. Este le pagaba a la joven y con ella misma mandaba lo de la madame o alcahueta.

Así como las rameras de la Capital del Nuevo Reino de Granada se identificaban con bisutería barata en sus pies descalzos, ahora, en la época del bepper, éste adherido a la pretina del jean o colgando de la pechera de la blusa de una dama que transitaba sola por la calle, cumplía análoga función a la de bisutería en las garras inferiores de sus portadoras. Naturalmente que las profesionales y damas ejecutivas también usaban bepper, pero lo portaban en sus bolsos, no colgando de la blusa.

LA TECNOLOGÍA NO CONTENTA...

Para la segunda mitad de los años 90 apareció el teléfono celular. Inmediatamente se convirtió en el artículo más ambicionado por las putillas y putonas veteranas de turno. El problema inicial fue que llegó a un alto costo. Y, claro, los caballeros, deseosos de quedar como unos príncipes con sus puticas de mejor desempeño, empezaron a regalar celulares a diestra y siniestra. Y ellas muy hinchadas, quitaron de la pretina de su jean el bepper y colocaron el celular; hasta asumían que eso les daba estatus.

Desde luego que ese fue el impulso más significativo que haya tenido la prostitución en Colombia y seguramente en Latinoamérica. A los reservados empezaron a llegar chicas estudiantes desde los 15 años de edad (incluso menos) con su celular en el jean, y también mujeres de 35 y 40 años que miraban con algo de encono a las más jóvenes. Se creía que era el boom de la prostitución.

Pero aún faltaba bastante para que se diera ese boom.

Y a estas alturas no faltaba la putica primípara que aún trabajaba con el teléfono fijo de la casa. Y por cierto, para los señores más sagaces y versados, eran las más apetecidas, pues se decía que las de celular se habían vuelto demasiado promiscuas y recorridas.

PROSTITUTAS INDEPENDIENTES

La creatividad de las colombianas y la laxitud de los periódicos de algunas ciudades, no se hizo esperar. Apareció el primer clasificado que, palabras más palabras menos, decía: "VANESSA, trigueña, delgada, 20 años, atiendo a domicilio caballeros y parejas, solo en las tardes. Llamar al 310-123 4567".

Y ahí sí como dicen en la calle "Pa'qué fue..." Al mes, el periódico El Pais ─de Cali─, Vanguardia Liberal ─de Bucaramanga─ y el Heraldo ─de Barranquilla─, crearon una sección más: ADULTOS. Para el año 2000 la sección de adultos era media página o incluso más. Ya las chicas no querían ser manejadas por proxenetas a quienes debían darles un dinero por cada llamada. Ahora eran independientes al igual que las rameras de hace 2000 años que con su propia autonomía atendían a la vera de los caminos.

Ese trabajo de meretriz independiente, les dió buenos ingresos, pero lamentablemente les trajo riesgos a las militantes del movimiento putérico: el cliente sabía que era una mujer desprotegida, que podía abusar de ella y que nadie le iba a reclamar. Así fue como empezaron a utilizarlas sin pagarles, las engañaban, cuando la chica llegaba a atender a un cliente podía resultar hasta con 4 ó 5 hombres encima a quienes debía satisfacer por el mismo precio, las encerraban por varios días para estar utilizándolas carnalmente, les pegaban (aún les siguen pegando a algunas), hasta las han matado por negarse a consumir drogas o cosas parecidas, o por el simple gusto perverso de matarlas.

Y los hombres también tenían molestias y desazones. Ellos decían: "pero es que por teléfono me dijo que era rubia y llegó una muy morena con el pelo teñido" o "pero es que me dijo que era de cabello liso y llego una de pelo churco" o "después de que se fue esta vieja me di cuenta que me robó el reloj" y, así, etc., etc.

LA TECNOLOGÍA POR TODO INTERCEDE

Entonces entró la época en la que se popularizó La Internet y, con ella, las páginas de acompañantes o ─para usar un extranjerismo─ de Escorts. Con ese invento todo el mundo quedó contento.

CÓMO FUNCIONAN LAS PÁGINAS DE ESCORTS

Las páginas de acompañantes tienen un enlace o una sección que se llama TRABAJE CON NOSOTROS. Esta parte es para las mujeres que quieren adscribirse a una determinada página. A veces es con formulario virtual y en otras oportunidades con entrevista. Pero lo cierto es que el dueño de la página se reserva el derecho de admitir a las mujeres que pone en vitrina virtual. Esto no significa que todas sean de un solo estereotipo, pues la página debe tener mujeres para todos los gustos e incluso para todo tipo de servicios.

Cada chica, a manera de un mini Facebook, tiene un perfil (de consulta pública) en la página a la que se ha adscrito. En ese perfil aparece un grupo de fotografías en vestido de baño o semidesnuda. Salvo algunas excepciones, la mayoría de mujeres que están allí en exhibición no enseñan el rostro, se lo velan mediante una pequeña edición fotográfica que le hace el administrador de la página. En ese perfil se señala edad, raza, estatura, peso, a veces las medidas, los servicios que prestan refiriéndose a sexo anal, sexo oral, relación con damas, doble penetración, show de sexo en vivo o de streptease, bien sea privados, para despedidas de solteros, para fiestas swinger, etc. También clarifican los horarios y días de disponibilidad, y precisan si pueden viajar por varios días o no.

Cuando estas páginas empezaron a funcionar, el cliente llamaba, pedía algo más de información y, al final, la chica. Quien le atendía por teléfono le decía que por cortesía y para mayor comodidad de él, le mandarían dos damas para que se quedara con la que más le atrajera y que, con la rechazada, mandara el costo del servicio, pues el vehículo que las llevaba, la regresaba. En otras oportunidades el taxista cumplía la tarea de recaudar el pago.

Incluso, con esa mecánica o procedimiento, actualmente siguen operando algunas páginas de acompañantes.

Cabe acotar que en estos sitios web, rotulan a sus damas, sean gordas, chiquitas, altas o flacas, como "Modelos".


La revista SOHO ha publicado algunos artículos en los que, por investigaciones hechas, han detectado que aproximadamente el 75% de las fotografías publicadas en la web como imagen de las chicas prepago, no corresponden a la dama real, tienen un parecido pero con menos atributos.

PICAR AQUÍ PARA MIRAR UN EJEMPLO

LA TECNOLOGÍA NO SE CANSA DE AYUDAR

En los años 2003 y 2004, empezó a hacer carrera en Colombia (en los países desarrollados ya estaba popularizado hacía tiempo) el sistema de pagos por Internet. Y se creó en Bogotá una compañía de nombre Pagos On Line (con sede en Bogotá). Esta aparición y su aplicación en las dichosas páginas, hizo considerar que era el mejor momento de la prostitución en Colombia; pues, al parecer, se había tocado el cielo en materia de facilidades tanto para ejercerla como para la clientela. Era lo que faltaba en Colombia: esa empresa.

Colombia nunca ha podido recibir pagos directos a través de Paypal ni de 2chekout que son las dos mayores recaudadoras de pagos virtuales a nivel mundial (los norteamericanos nos siguen viendo con aura de deshonestos).

Inmediatamente, en este nuevo carrusel tecnológico de Pagos On Line, se montaron la mayoría de páginas de acompañantes o al menos las que contaban con el dinero (en ese entonces era costosa la adquisición de esa herramienta: software + plataforma de pagos + derechos = $3.000.000).

Y empezó a operar, y continúa así: el cliente llama o se comunica por chat, manifiesta cuál chica le interesaba según las fotos y llega a un acuerdo. Entonces le indican: "tenga la gentileza, caballero, de realizar transacción a través de nuestra plataforma de pagos que está ahí en la página y volvemos a hablar una vez haya hecho la operación". Cuando el proxeneta constata la realización del pago, le devuelve la llamada al cliente y le confirmaba que todo está okey y que la chica ya se pone en camino.

UNA AYUDA TECNOLÓGICA MÁS

Para la misma época en que se introdujo en Colombia el sistema de pagos en línea, simultáneamente se inició la popularización de las cirugías estéticas. Y como en esas páginas web lo que vende a una chica son sus fotografías, se les creó la necesidad de aparecer con cuerpos delgados y voluptuosos. Entraron entonces en el estrés, en el gasto y en el trajín de estarse perfilando la figura mediante las famosas liposucciones. Y como lo más característico en toda golfa que se respete es la pereza, el sueño y el hambre y, de hecho, son los gustos que más se auto satisfacen, además del licor y el cigarrillo que ingieren frecuentemente, ninguna liposucción les dura lo que quisieran. Cuando nuevamente empiezan a verse gorditas o con demasiada celulitis en las fotos, corren nuevamente a que les aspiren sus aceites y grasas que tienen acumuladas en sus caderas, muslos, abdomen y cintura, para cumplir con el requisito de la página de pasar por el estudio fotográfico cada año para la renovación de sus respectivos álbumes. Y así hasta cuando la merma de su precio (aspecto marchito) ya no dé para más lipos.

FUE ASÍ COMO SE ORIGINÓ EL VOCABLO DE 'LAS PREPAGO'

Nació entonces y de esta manera el concepto de las prostitutas prepago; solo que por "abreviar" y por convenida "comodidad" ellas han querido que únicamente se hable de LAS PREPAGO; es decir, usando solo el adjetivo calificativo y omitiendo intencionalmente el sustantivo que es el que realmente identifica. Porque solo 'prepago' puede ser una tarjeta, un vaucher de un hotel, un servicio telefónico, un servicio de televisión, una tarjeta de pago de transporte masivo de pasajeros, etc.

Y es lógico el concepto, la putica o TRABAJADORA SEXUAL (nuevo sinónimo legal) va a prestar un servicio que ya está cancelado de antemano, es un servicio prepago indudablemente. Con esta nueva manera de operar todo el mundo se porta bien: el cliente no agrede, ni asesina a la muchacha porque lo tienen identificado, además paga el polvo en 24 cómodas cuotas (algo nunca visto); la putilla no roba porque también está identificada y, además, porque no quiere que la bajen de la página; y el empresario manda a la muchacha o la veterana tal y como la prometió y con la debida puntualidad porque desea capturar y conservar a ese cliente.

Estas casas de prostitución no le dan al cliente como única opción el pago virtual, no lo encasillan para no crear la posibilidad de perderlo. Le dan otras alternativas: el pago por consignación, el giro por Servientrega y, cuando es en la misma ciudad, el pago en efectivo a través de un taxista previamente contratado o de un emisario-cobrador. Cuando se dan estos pagos en efectivo, quien envía a la muchacha se queda sin datos reales del cliente; pero, aun así, en el afán de no perder ese ingreso, lo admiten. Es cuando el proxeneta queda comiéndose las uñas, pues si desaparecen a la chica o abusan de ella, no tiene idea a quien realmente le mandó el servicio.

En Colombia la competencia entre estas páginas de acompañantes es fuerte. Tienen que hacerse bastante publicidad, apoyarse en los recepcionistas de los hoteles, en los taxistas, en directorios virtuales y en todo medio que vean idóneo para darse a conocer. Además, la mayoría de estos sitios han creado en forma paralela y dentro de él mismo, el famoso CHAT VIRTUAL ERÓTICO que es una fuerte ayuda económica paralela que suelen tener tanto las empresas como las mismas mujeres que aparecen en estas galerías. Algunas de ellas van a chatear a las cabinas de la empresa o, si pueden, chatean desde sus casas. Aunque este asunto es otro tema y no es exactamente el que viene ocupándonos, se aprovecha aquí para dejar claro, en forma resumida, que el Chat Erótico no es otra cosa que bulliciosas masturbaciones y penetraciones mediante juguetes, frente a una cámara web para aquellos pendejos virtuales que pagan por minuto transcurrido. Y minuto es minuto, sin importar que sean aquellos primeros 10 ó 20 durante los cuales la "actriz" porno, mediante una insulsa cibercharla hace creer que está excitada y le toma el pelo al boquiabierto tarjeta habiente que acaba de ingresar sus datos en el formulario de pagos. Y sin excluir tampoco los 5 ó 10 largos minutos que luego dura la chica acariciando, mimando y, cual tropical camaleón, lamiendo con cara de orgasmo el insípido plástico del consolador que, posteriormente, con la lentitud de un morrocoy, introducirá por sus más íntimos canales, no sin antes emplear otras docena de minutos mientras se soba sus pies, sus rodillas, sus muslos, sus senos, su cuello y, obviamente, su pubis y su trasero, en la medida que empieza a gemir un poco más fuerte que si estuviera a punto de dar a luz. Y eso que en la crono-contabilidad de este breviario imaginario, nos saltamos el tiempo de la despojada de ropas.

Siendo a $3.000 ó a $4.000 el minuto, ya imaginarán el valor que le cuesta cada pajeada a los "avispados" caballeros que se hacen adictos de esta entretención. Más económico les saldría desarrollar un poco más la imaginación para sus momentos de sicalíptica soledad.

EL COLMO DEL APOYO POR PARTE DE LA TECNOLOGÍA

La mayoría (por no afirmar que todas) de las chicas que prestan un servicio íntimo a cambio de un estipendio económico y en ejercicio de la prostitución, procuran que el cliente se quede con sus datos. Sus datos son el nombre ficticio y el teléfono celular. Ella, a su vez, toma nota de quiénes se han quedado con sus datos. Y los llama "mis amigos"; incluso hay algunas de mente loca que los llaman "mis pretendientes". Esa lista ─en realidad─ es algo así como la clientela o parte de la clientela. Por esto es que toda prepago que se respete, difícilmente cambia su número celular de trabajo, porque sería como desaparecer para todos sus clientes. Y como ella no los puede llamar para darles un nuevo número, porque se va a ganar casi tantos regaños como llamadas haga y, adicionalmente, se quedaría sin clientes.

¡Que no me llames!
La mayoría de los hombres les prohíben terminantemente que les llamen. Así sea que el hombre se encuentre íngrimo solo en la mitad de una cancha de futbol, si una prosti le llama, se pone iracundo, pues imagina que esa llamada le ha podido entrar estando con su esposa o con sus hijos; y, por ello, su reprimenda telefónica le da.

Usualmente un cliente que a través de una página web conoce a una chica que le interese, procura volverla a buscar pero ya no a través de la página sino contactándola directamente. Esto para evitar el pago de la intermediación. Y la chica también registra el mismo interés para eludir el pago que a ella le corresponde. Favorece el fenómeno de que la mayoría de clientes se impresionan con casi todas las chicas que les manden; pues dada la competencia y la necesidad de ellas porque el cliente las siga solicitando, se convierte en las mejores actrices porno que jamás haya existido. Se vuelven un espectáculo en el sexo y además, cuando creen que el sujeto es 'buen partido', le demuestran un impresionante amor a primera vista. Así las cosas, salvo algunas excepciones, se quieren conservar mutuamente contactados; pero no siempre existe la sencillez de la comunicación inmediata (telefónica) porque el individuo no necesariamente estará dispuesto a entablarla dado que permanece rodeado de personas. El email casi no sirve para esto porque no hace la conexión inmediata, y porque muchas de ellas aún no están familiarizadas con el mismo.

Ante este inconveniente fue cuando la tecnología no contenta con todo el apoyo prestado al libre desarrollo de la actividad putesca, sale con la solución perfecta: el Black Berry, el Smartphone, el WhatsApp, el Skype... Ahora sí, putona y cliente se pueden comunicar, sin que el hombre tenga que contestar delante de su mujer, pues puede procurarse un espacio privado para leer mensajes y contestarlos. Y la putilla feliz con sus 200 ó más contactos; no tanto para escribirles, sino en espera de cualquier mensaje requiriéndolas.

Claro está que el vínculo o conocimiento inicial entre cliente y putona sigue siendo la página o páginas de escorts. Y ahora esas páginas prestan servicio nacional.

COBERTURA DEL SERVICIO

Un cliente de Cúcuta que sale a un seminario de una semana a Medellín, puede ponerse en contacto con la página de acompañantes de su confianza en Bogotá (la página donde lo consienten) y solicitar que le manden, por ejemplo, una flaca, rubia, alta y de cabello liso, no mayor de 28 años al hotel 'X' de Medellín. La página le cotiza según el número de días, y revisa si, de pronto, dentro del portafolio de chicas de la página, hay alguna con ese perfil viviendo o de paso por Medellín, lo cual disminuiría el valor de la cotización al no tener que incluir pasajes. Una vez el cliente acepte y realice el pago, la página CUMPLE PORQUE CUMPLE. Porque de lo contrario el cliente elevará la queja formal ante Pagos On Line, le pueden retirar o inhabilitar la plataforma de pagos a esa página, y eso si sería nefasto para la página. Así le toque ir a la mismísima celestina a prestar el servicio, después de haber sido pago por el solicitante, tienen que esmerarse por cumplirlo.

2.2.12

LAS APARIENCIAS DE LAS PREPAGO

La gran mayoría de estas fufurufas guardan apariencias y se comportan solapadamente en su entorno inmediato (familia y amistades normales). Lo que ignoran es que aparte de su señora madre, y a veces del abuelito, ya nadie más les cree sus machacados cuentos reforzados (otra cosa es que la gente sea prudente). Menos les creen cuando ─estando sin trabajo─ las ven salir súbitamente y muy acicaladas, para retornar tarde o al siguiente día. Con alguna reiteración van a pasar fines de semana fuera de casa; o, a menudo las observan salir de viaje repentinamente y sin motivos importantes ¿y plata de dónde?

La mayoría de ellas llevan (entre comillas) una "vida bastante relajada y holgada"; al fin y al cabo terminan acostumbrándose a "amar" y a "dejarse amar" ─en en un buen porcentaje─ de  borrachos, groseros, ignorantes, mal hablados, drogados, adictos, mal olientes, pecuecudos, flatulentos, etc. Y, EN MUCHOS DE LOS CASOS, TERMINAN ACOSTUMBRÁNDOSE A LAS FRECUENTES GOLPIZAS Y FLAGELACIONES A LAS QUE SON SOMETIDAS por drogados, maleantes y chapuceros en general que contratan sus amorosos servicios.

Aquel cuento de los queridísimos, hidalgos y amables Dulcinéos del Toboso; es decir ─comparando─ por aspecto, pinta y solvencia económica, los Brad Pitt, los George Clooney, los Alejandro Fernández, los Robert Pattison, los Michel Brown y, ahora, los JAMES RODRÍGUEZ, entre otros prototipos de adonis, solo desfilan en la quijotesca y creativa imaginación de estas mujeres cuando están jactándose de sus aventuras ante sus embobadas y atolondradas amigas. Aventuras que, en sus relatos, asocian con unas gruesas sumas de dinero que jamás les han pagado; la realidad oscila ─en términos de pago─ por el orden del 20 ó 25% de lo que ellas mencionan (la quinta o cuarta parte). Cuando dicen que les pagaron $600.000 pesos colombianos (300 dólares) por un servicio, es porque, en realidad, cobraron y les pagaron una suma del orden de los cien o ciento cincuenta mil pesos (75 dólares), ¡no es más!. Y, esto, por hablar de los valores que constituyen los techos o topes máximos TÍPICOS. Desde luego que no deja, de manera excepcional, de aparecer un loco (ladrón o mafioso) que les proporciona sumas mayores; pero, esto, es la rara excepción.

Cuando estas mujeres están en familia o están en casa, si desean más ingresos, tienen que estar muy atentas del celular, hasta dormir con él en la cabecera y con los timbres y los vibradores activados; pues, en cualquier momento les sale un plan o su proxeneta les hace un requerimiento y, si no lo quieren perder, deben responder de manera inmediata y salir prestas a hacer la atención. Y si en verdad desean descansar: sencillo: apagan el celular de trabajo y utilizan solo el de las amistades que están sanas del cuento.


No obstante todo esto, el deseo, aspiración y deseo de ellas, es que sus amistades (las que desconocen su verdadero ofico) las miren y las cataloguen de estudiantes universitarias, de secretarias, de vendedoras, de asistentes ejecutivas, de guías turísticas, de modelos, de artistas, de asesoras de cualquier cosa, etc. Y que piensen que son

AFORTUNADAS Y BENDECIDAS.

1.2.12

EL SUPUESTO PRESTIGIO DE LAS PREPAGO

Las prepago se han inventado un cuento o una opinión, y se la creen ellas solas: se trata de la presunción de que a nivel social gozan de prestigio y popularidad y que hasta las envidian. Esa creencia sí puede ser un valor con ascendencia pero única y exclusivamente entre ellas mismas, en su gremio o, máximo, al interior de aquellas amigas que quieren imitarlas y no han sido capaces de dar el paso. Lamentablemente para las prepago, su "buen prestigio" no hace carrera dentro de la opinión general pública. No obstante esto, el trabajo de estas mujeres constituye una labor honrada. Y a este respecto vale la pena volver a traer a colación la explicación que dio origen al vocablo 'meretriz'.

MERETRIZ: Su etimología tiene raíces en el verbo merecer, refiriéndose a la que se gana la vida por sí misma; es decir, la que MERECE en el más riguroso sentido de la palabra. Y en efecto, nadie hay en el mundo que lucre su propio pan de una manera tan soberana y autónoma como lo hacen las  meretrices o rameras, a quienes Dios siga protegiendo en el honrado desempeño de su menester.

Si el prestigio y renombre que se imaginan las prepago fuera real, entonces sería normal escuchar a los hombres decir con entusiasmo frases como las siguientes: "Cuánto daría yo porque mi hija cuando crezca desarrolle la vocación de prepago". "A mucho orgullo te comento, Javier, que mi mujer antes de casarse conmigo era prepago". "Estoy tan contento, mi hermanita se volvió prepago". Y en el Facebook de la dama: "profesión: Prepago". Ah... y lo indudable: aquellas universidades privadas afanosas de convertir cualquier actividad en lucrativos prospectos académicos, ya habrían movido influencias en el ICFES para obtener la aprobación de Tecnología en Prepaguismo ─6 semestres─ con profesionalización a los 10 semestres y, obviamente, no faltaría la especialización en Alta Gerencia de Recursos Humanos Prepagos.

Si las que ya están en esto, escogieron esa actividad sin presiones y a título muy personal, se les respeta con el mismo comedimiento  y consideración que se tiene para con cualquier persona. Se les honra su decisión y su independiente manera de ganarse la vida, están en su justo proceder. Incluso, desde el punto de vista legal: "toda persona en Colombia tiene plena libertad y derecho de escoger y ejercer una profesión y un oficio". Y eso es lo que ellas han hecho; mis respetos para ellas.

Lo que sí ellas hacen indebidamente, es cacarear unos valores súper inflados e imaginarios relacionados con los estipendios y comisiones que reciben por sus servicios íntimos. Eso está muy mal. Lo mejor es que no dijeran cuanto les pagan, en lugar de fanfarronear unas cifras mentirosas. Porque dejan boquiabiertas y confundidas a las más cándidas adolescentes, activándoles el anhelo de imitarlas. Y si ese cuento lo siguen escuchando una y otra vez, por un lado y por otro, no van a pensar que es embuste ni que es fantochería generalizada de las prepago. Van a creerlo y van a empezar a buscar la manera de hacer fila para el reclutamiento en el oficio, mucho antes de lo que ellas mismas imaginaban.

¿Y LAS CÁNDIDAS ADOLESCENTES POR QUÉ LAS ESCUCHAN, ACASO TODAS TIENEN AMIGAS PREPAGO?

No es necesario que tengan amigas prepago, basta con que en su casa o apartamento haya un televisorcito. RCN y Caracol se encargan de llevarles ese cacareo, de entregarles el mensaje mediante las infectas y perniciosas telenovelas que a diario irrumpen a los más íntimos rincones de cada hogar: Sin Tetas no hay Paraíso, El Capo, Las Muñecas de la Mafia, El Cartel de los Sapos, La Mariposa, Rosario Tijeras, La Viuda de la Mafia y además algunas series con temas parecidos.

El embustero y falsario recado que a nivel nacional imparten todas las noches es claro: ser prepago y codearse con mafiosos es sinónimo de dinero, lujos, viajes, piscinas suntuosas, fiestas, playas, joyas, vehículos, zapatos, vestidos, ayudas para la familia, cirugías estéticas, modelajes, participación en reinados, etc. Hasta ni culpa tienen muchas ingenuas que ingresan al prepaguismo motivadas por estas series televisivas.

¿QUEDÓ CLARO?

Con lo expuesto seguramente ha quedado clara la procedencia de la palabra PREPAGO. Y, hasta aquí, ese cometido queda completo.

31.1.12

¿QUÉ OCURRIÓ CON LOS BURDELES Y CON LOS RESERVADOS?

Ninguna de las dos figuras desapareció. Por el contrario, los burdeles y reservados se han robustecido y ahora son empresas que generan grandes dividendos a sus socios. Hoy por hoy hay burdeles de gran lujo que operan en las ciudades capitales de Colombia. Todos de funcionamiento nocturno y con 50, 60 ó 70 chicas esperando por clientes y haciendo, mientras tanto, entretenidos y eróticos espectáculos coreográficos. Los burdeles pequeños y medianos que suelen funcionar en las zonas comerciales antiguas de las ciudades y en las poblaciones menores, siguen vigentes.

Los 'reservados' también se crecieron. Aunque aún funcionan los pequeños o en casas, la tendencia es que se vayan ampliando, y en las ciudades grandes como Bogotá, Cali y Barranquilla; muy especialmente en Cali, existen reservados de funcionamiento diurno que albergan 30, 40 ó 60 chicas que llegan allí desde las 10 de la mañana y abandonan el lugar a eso de las 7 u 8 de la noche, son lugares que tienen hasta 30 habitaciones disponibles. En estos sitios generalmente no se vende licor, excepto una o dos cervezas por cliente. Todo hombre que va allí, va a lo que va. Tan pronto llega, le desfilan las chicas, escoge la de su gusto y ¡zaz! para la habitación. Muchas de estas damas de reservado, siguen siendo mojigatas ante sus vecinos y familiares, manifestando que trabajan en un almacén o en una fábrica. De hecho, cuando van a salir a presentarse ellas divisan, a través de una ventana de vidrio espejo, al cliente ante el que van a desfilar y si observan que se trata de un conocido, sencillamente no salen del camerino.

En estos reservados diurnos es donde acuñaron y crearon el concepto de las VIP (refiriéndose a este oficio), pues a las chicas las clasifican en dos grupos, las 'normales' y las 'VIP' (las más llamativas). Y manejan dos tablas de tarifas que son las que primero le muestran al cliente, él mira a cómo son las normales y a cómo las VIP y decide cual grupo le desfila si unas u otras, o puede solicitar que le marchen las dos tropas.

Los reservados diurnos son los sitios ideales para los varones matrimoniados; pues basta con que saquen un rato al medio día o en la tarde y se pasen por allí. Una o dos horas después irrumpen nuevamente a la calle, ya muy gratificados y con tremenda cara de satisfacción y, aunque bien bañaditos, sin evidencias. Las chicas que atienden en los reservados más profesionales, tienen prohibido aplicarse perfumes y, además, los champús y jabones que colocan en los baños son de los llamados inoloros, así que todo queda en el limbo y en el feliz recuerdo en la mente de los caballeros.

30.1.12

¿Y QUE PASÓ CON LAS PROSTITUTAS INDEPENDIENTES?

Abundan. Basta con mirar los anuncios independientes de La Internet en las webs dedicadas a clasificados gratis; o la sección de adultos de los principales periódicos de Cali, Bucaramanga, Bogotá, Barranquilla, Cartagena y otras ciudades sin incluir mucho en esto a Medellín, pues el periódico El Colombiano que es el principal de esa ciudad ha tenido dueños que por razones desconocidas (motivos de moral o quién sabe qué) siempre han prohibido cualquier tipo de anuncio que directa o muy indirectamente roce lo sexual.

Hay chicas que han mandado a construir sus propias webs. Y ciertamente, algunas de las que han montado su sitio, se muestran con rostro; y son bonitas.


La revista SOHO ha publicado algunos artículos en los que, por investigaciones hechas, han detectado que aproximadamente el 75% de las fotografías publicadas en la web como imagen de las chicas prepago, no corresponden a la dama real, solo que se parecen, en el cabello por ejemplo; pero no tienen la misma esbeltez ni voluptuosidad.

PICAR AQUÍ PARA MIRAR UN EJEMPLO

29.1.12

SALUD DE LAS PREPAGO Y DEMÁS PROSTITUTAS

Aunque es muy común en ellas la consuetudinaria aparición de hongos y de infecciones en sus zonas genitales, especialmente en sus canales y orificios más recónditos, no obstante la mayoría de estas mujeres gozan de buen aspecto ─aparente buena salud─ se ven rozagantes, saludables y briosas. Pero, en la mayoría de ellas se esconde y acecha un importante número de enfermedades potenciales, algunas de las cuales (no todas, desde luego) pueden empezar a revelarse o a exteriorizar sus síntomas cuando sus portadoras se encuentran alrededor de los 35 ó 40 años.

Lo anterior, es dado por el inmenso número de gérmenes patógenos que estas personas acopian durante el desarrollo de su trabajo tan particular prestando sus servicios íntimos.

El oficio de la prostitución es, por excelencia, una de las actividades con mayor riesgo de recoger y acumular una inmensa diversidad de patógenos que les ingresan en el organismo a través de:

1° El intercambio de besos y saliva con multiplicidad de personas (los clientes),
2° Los diálogos apasionados, con extraños, con demasiada proximidad entre las bocas (intercambio de alientos),
3° El contacto piel a piel de zonas húmedas y sudorosas, especialmente las áreas genitales,
4° Los frecuentes contactos oral-genitales, oral-anales y oral-piel (de cualquier parte) que se realizan con los clientes,
5° El consuetudinario manoseo de sus genitales por manos de terceros y dedos sin higienizar,
6° La permanente manipulación, acariciamiento y besuqueo de genitales húmedos ajenos,
7° La reiterada y frecuente utilización de extrañas sábanas, almohadas, cobijas, duchas, pisos e inodoros impropios y muchas veces inadecuados.
8° Y, obviamente, las penetraciones sexuales sin preservativo (porque, que las hay, las hay).

Desde luego que no solo en la prostitución se recogen microorganismos potencialmente causantes de enfermedades; pero es la actividad apropiada para esos contagios.

Y hay algo bastante delicado: Un gran porcentaje de esos patógenos que aún no están produciendo la enfermedad, ya son contagiosos como tales. Así es que una mujer prepago, aparentemente sana, puede, inocentemente, llevar hasta su familia algunos de estos gérmenes, hasta sus hijos, hasta sus amistades, hasta sus novios y, por supuesto y con mayor razón, hasta sus nuevos clientes.

28.1.12

¿CUÁL ES EL FUTURO DE LAS PREPAGO EN COLOMBIA?

En solo Bogotá, en  el año 2007 funcionaban entre 10 y 15 páginas de acompañantes escorts. Y cada página exhibía un catálogo de 20 a 25 mujeres. Estas cifras significaban que en la capital en ese momento había poco más o menos 300 ó 400 fufurufas montadas en la red a través de las tales páginas. Cada una de ellas, según los catálogos de esa fecha cobraba ─en promedio─ alrededor de 160 mil pesos por el encuentro.

Hoy, año 2012, en la misma Bogotá funcionan aproximadamente 250 páginas con ese mismo tema. Y cada página expone catálogos de 40 muchachas aproximadamente. Estamos hablando de más de 10.000 hembras disponibles por Internet, en solo Bogotá. Y este dato es únicamente de las que se han matriculado en las páginas oficiales de escorts; en ningún momento nos estamos refiriendo al total de las auto denominadas prepagos de Bogotá. Y lo curioso es que, hoy por hoy, a diferencia del 2007, no todas colocan la tarifa; como quien dice, si el dato no aparece es porque el valor se ha vuelto negociable.

Quien no crea la anterior información, puede entrar a Google y escribir en búsqueda "escorts bogotá". Aparecerán 32 páginas de resultados, cada una con 10 títulos de páginas de acompañantes. En otras palabras, mal contadas, el sistema le encuentra 320 páginas que manejan el mismo propósito. Para efectos del cálculo anterior, de manera estimativa se consideraron solo 250 de ellas.

A esa rata de crecimiento de la oferta de prepagos web, y teniendo en cuenta que el número de hombres deseosos de echar un polvo callejero solo crece al ritmo de las estadísticas del DANE, llegará el momento en que las prepagos noten ─si es que ya no lo están vislumbrando─ que ese oficio es mal retribuido; pues con esa cantidad de mujeres en vitrina, no puede ser que aún queden sujetos dispuestos a pagar servicios sexuales por encima del costo de oportunidad o del valor del mercado que cada vez es y será menor.

Va a tocar que las prepago para que estén al día y conozcan el vaivén de su cotización, le soliciten a la Confederación Colombiana de Consumidores que las incluya en el Boletín Diario del Consumidor junto con el costo de la papa, de la mora, del plátano, de la yuca y de la curuba. El problema va a ser que las directivas de esa entidad y sobre todo la mojigata sociedad de Bogotá, acepten ese renglón como insumo indispensable dentro de la canasta familiar. Pero, siendo optimistas, si así fuere, lo seguro es que como cada día hay más y más y más prepagos por culpa de ellas mismas que pregonan ingresos engañosamente inflados, el valor de sus servicios día a día aparecerá siempre con la flechita hacia abajo, indicando que 'bajó'. TAL CUAL.

27.1.12

HASTA LA PRÓXIMA... ¡CHAO!

Ante todo, los mejores augurios para todas estas chicas prepago, reservadas e independientes. Se les desea mucho amparo por parte de sus ángeles y entes protectores.

En otra entrega hablaremos de las salas de masajes, de las cuales aquí nada se mencionó. También se omitió aludir a las putillas callejeras que son las que suelen deambular en las horas de la noche por ciertos sectores de algunas ciudades. Nada se dijo de la cantidad de mujeres que salen al exterior a hacer este oficio y, de paso, a salpicar el concepto de la mujer colombiana vista desde otras tierras. No se tocaron estos temas conexos, porque su análisis no conducía en forma directa al objetivo del artículo: Las Prepago.

NOTA: Por ahora, este sitio no tiene habilitada la opción de comentarios.